Para salir airoso de uno de los fortines más inaccesibles de la liga hace falta cuajar un partido muy completo. Un rival como el Academia Octavio castiga sin piedad cualquier laguna mostrada por el rival. El Balonmano Torrelavega flojeó en el arranque del segundo acto y su adversario lo aprovechó para sentenciar un choque que, durante la primera parte, estuvo parejo.
Y eso que los cántabros llegaron al partido con la plantilla entre algodones. Jadim Sour y Joaquín Marcos eran las ausencias esperadas. Guille Barbón se sumó a la lista antes de comenzar el partido y, en el transcurso del mismo, también lo hicieron José Antonio Calderón y Oscar Arroyo.
Aún con todo, el BM Torrelavega presentó batalla. Con las ideas claras y las piernas frescas, los torrelaveguenses firmaron un arranque prácticamente perfecto. Contundencia defensiva, pocas pérdidas de balón y un porcentaje elevado de acierto en los lanzamientos a portería. Una receta idónea para un partido con un tanteador bajo. La combatividad y el buen hacer visitante sorprendió a un Academia Octavio que no esperaba tanta guerra. Tras un inicio espectacular y la posterior reacción gallega, los equipos se retiraron al vestuario con un esperanzador 13 – 14 en el marcador.
No tardó el equipo vigués en igualar la contienda. Edu Moledo rubricaba las tablas y avisaba de que los gallegos iban a meter una marcha más. Ayudados por un criterio arbitral cuando menos cuestionable, la tormenta local arreció de lo lindo. Los nuestro padecían dobles exclusiones y veían como su adversario ponía goles de por medio. Con 18 – 15 en el electrónico, Diego Soto detuvo el partido.
Pero la llamada al orden del entrenador no ayudó a mitigar el acelerón gallego. Un parcial de 11 – 2 en los primeros minutos del segundo acto ponía contra las cuerdas a los naranjas y obligaba al técnico visitante a solicitar otro tiempo muerto. El marcador cada vez era más abultado pero los jugadores naranjas dieron una lección de pundonor en la cancha de “As Travesas”. Con los efectivos justos, el orgullo naranja salió a relucir. A base de casta, logaron reducir la renta gallega a cinco goles. Quique Domínguez no quería sorpresas y solicitó un tiempo muerto.
Los temores del entrenador rival se quedaron en nada porque la gasolina de los nuestros no dio más de sí. Tras ese tímido acercamiento, los vigueses supieron gestionar a la perfección la ventaja para adjudicarse el choque con claridad. El 31 – 24 supone un castigo excesivo para un equipo que dio la cara en todo momento.
FICHA TÉCNICA
Academia Octavio. Jorge García Lloria, Pablo Chantada; Pablo Lorenzo (1), Eduardo Moledo (6), Manuel Martínez (4), Alberto Casares (1), Germán Hermida, (3), Víctor León (3), Gonzalo Carro (1), Javier Fernández (1), Marcos González, Fran González (8) y Daniel Hernández (3).
BM Torrelavega. Jacob Melián, Cristián Pereda; Diego Abascal (1), Alex López (), Oscar Arroyo, Sergio Crespo (6), Thor Larsen (2), Eugenio González (1), Guille Barbón, Abel Lamadrid (6), Borja Lombilla (3), Alberto Pérez (4) y J.A. Calderón (1).
Parciales
1 – 1, 3 – 5, 5 – 9, 7 – 10, 10 – 11, 13 – 14 descanso
17 – 15, 19 – 16, 24 – 18, 27 – 19, 27 – 23 , 31 – 24 final
Árbitros. Alfredo Arcos y Oscar García.
Pabellón As Travesas. 200 espectadores