Los meteorólogos anunciaban tormenta en Cantabria y no se equivocaron. Bueno, sí. Erraron en el nombre. “Hugo” se transformó en un “Handbol Bordils” que fue un vendaval ante el que pudo hacer el Balonmano Torrelavega. Los de Diego Soto, con una defensa más endeble que en otras ocasiones, apenas pudieron capear el chaparrón verdiblanco.
A pesar de que fue José Carlos Hernández el que descorchó el marcador, el partido no tardó en ponerse muy cuesta arriba para naranjas. La defensa permitía moverse con comodidad a los jugadores catalanes que castigaban sin compasión la portería de Murillo. Cuando el parcial era de 0 – 5, Diego Soto pidió tiempo muerto. Su equipo todavía no había comparecido sobre el parqué. La “sotina” no tardó en hacer efecto y los locales reaccionaron bien. Como se espera de un equipo que pelea por defender una plaza entre los cinco primeros. José Carlos Hernández se echó el equipo a la espalda, tiró del carro y los suyos se pusieron a uno. 5 – 6 y vuelta a empezar.
Sin embargo, la tarde no pintaba bien para los torrelaveguenses. Sobre todo porque Handbol Bordils encontraba constantes vías de agua en el 5 – 1 de los locales. Cuando todo parecía controlado, los de Catarain dieron la primera dentellada seria al encuentro. Del 5 – 6 se pasó a un inquietante 6 – 11.
Sin continuidad y sin intensidad, el Balonmano Torrelavega era un juguete en manos de un equipo mucho mejor plantado sobre la pista y con una efectividad prácticamente del 100%. En el tramo final de la primera parte, las prisas se apoderaron de un Balonmano Torrelavega un tanto ansioso. La zaga no ajustaba como en partidos anteriores y eso lo aprovechaba una y otra vez el equipo foráneo. Sergi Mach dejaba el marcador en 11 – 17 al término de una primera parte para olvidar.
Tras el descanso, la dinámica siguió invariable. Sin defender con intensidad es imposible salir airoso de un partido. Palahí fusilaba a Salvarrey y firmaba el tanto 19 de Bordils cuando no se había alcanzado el minuto 35. Ni los cambios en la portería naranja ni las inferioridades del equipo catalán restaban un ápice de efectividad a los lanzadores visitantes. Para completar la fórmula del desastre, el ataque torrelaveguense vivía de acciones individuales. Arranques de carácter y fundamentos indivisuales que no alcanzaban para competir a un rival muy sólido. Francesc Reixach establecía del 13 – 21 y obligaba a Soto a detener el juego.
Al Balonmano Torrelavega le quedaba tiempo para remontar pero necesitaba revolucionar un partido que, hasta el momento, marchaba de forma plácida para los intereses de los pupilos de Cataraín. Las sensaciones no eran precisamente optimistas. Los errores no forzados de los cántabros facilitaban la defensa 6 – 0 de los visitantes. Cuando la zaga local comenzó a recuperar balones, Jordi González desbarató una doble ocasión de Edu Fernández y José Carlos Hernández. Un gol desde el flanco izquierdo de Sergio Rodríguez parecía encender definitivamente a un Balonmano Torrelavega que no se daba por vencido.
La oportunidad de regresar al choque se dibujó clara cuando José Carlos Hernandez mandó a las mallas un penalti que traía de regalo la exclusión de Oriol Márquez. Pero un parcial de 0 a 2 demostraba que no era la tarde del equipo de Soto. Aún con todo, lo mejor de este equipo es su carácter competitivo. Así, un nuevo cañonazo de “Mojo” unido a una galopada sensacional del incombustible Genio González dejaba el tanteador en 21 – 25. El tiempo muerto verdiblanco no se hizo esperar. Y es que la dinámica del choque había cambiado. La gran duda era saber si los cántabros tendrían el tiempo suficiente para enjugar la renta catalana.
Con el Trueba empujando a los suyos, Murillo Santana recuperó la pelota de la esperanza. Pero la gestión de la contra posterior fue el resumen perfecto de un partido repleto de calamidades. Falta en ataque y gol a la contra de Marc Prat que no había bajado a defender. Lejos de desanimarse, los cántabros volvieron a rearmar su zaga y se lanzaron a por la última oportunidad para disputar el marcador. Una finta de brazo en transición de Pepe Oliver culminada con un lanzamiento desde seis metros suponía el 23 – 26.
Quedaba tiempo pero Bordils no iba a dejarse arrebatar un botín tan preciado como es ganar en el Trueba. Márquez y Reixach enfriaron los ánimos locales. En el tramo final del partido, al Balonmano Torrelavega le faltó gasolina para buscar la épica y Handbol Bordils, que atacaba con siete en cada acción, volaba plácidamente hacia el triunfo. Al final, 27 – 31 y segunda derrota consecutiva para un Balonmano Torrelavega que ha perdido el colchón de puntos que tenía respecto al sexto clasificado.
BM Torrelavega: Murillo Araujo (), Pablo Salvarrey; Eduardo Fernández (3), Vicente Benito (1), Pepe Oliver (4), Genio González (5), Dalmau Huix, Sergio Rodríguez (5), Ramiro Merino, Antón Setién, José Carlos Hernández (8), Alan Villalobos, Nicolai Colunga (1) y Alex Alonso.
Handbol Bordils. Jordi González, Joan Comas; Sergi Mach (5), Francesc Reixach (5), Oriol Márquez (7), Marc Prat (1), Arnau Palahi (5), David Maso, Ferrán Oliver, Ignacio Moreno, Jairo Montes, Mario Martínez (3), Robert Hospital y Pep Reixach (5).
Parciales
1 – 4, 5 – 6, 6 – 10, 7 – 12, 11 – 14, 11 – 17 descanso
13 – 20, 15 – 22, 17 – 23, 21 – 26, 24 – 28, 21 – 31 final