Apenas han sido necesarias tres jornadas de competición para que el BM Torrelavega se convierta en el enemigo número uno del grupo B de la Primera División Nacional. Los de Diego Soto son el rival a batir. El equipo contra el que todos quieren brillar. Una circunstancia desconocida hasta la fecha pero que no disgusta a los torrelaveguenses. El Gerovida BM Arroyo será el siguiente en poner a prueba la solidez del liderato de los cántabros.
La nueva etiqueta que ha asumido el BM Torrelavega es un arma de doble filo. Se convierte en una ventaja cuando el rival pasa por un mal momento sobre la pista pero es una losa si las cosas no salen bien. Cuando se está en lo más alto de la tabla, la presión se incrementa. Más aún, cuando juegas en casa.
La mejor manera de evitar los malos momentos es la regularidad. Hasta la fecha, en todos los partidos que ha disputado el conjunto naranja, siempre ha habido un pequeño bajón en el juego. En la cancha del BM Leganés, los cántabros pasaron de dominar por 12 a ver cómo los madrileños les recortaban seis goles.
Intentar que esos “apagones” sean cada vez menores es el segundo objetivo para el partido de mañana. El primero es cosechar una nueva victoria que permita al equipo continuar creciendo. En frente estará un renovado BM Arroyo. Durante el pasado verano, la directiva pucelana pescó tres refuerzos procedentes del Atlético Valladolid de la División de Plata. Entre ellos, está el extremo Miguel Lacasa. Junto a los nuevos fichajes, los cántabros deberán vigilar especialmente a Roger Grossi. El que fuese máximo goleador del equipo vallisoletano en la campaña pasada es uno de los jugadores franquicia de su equipo.
El choque comienza a las 18:30 horas en el Vicente Trueba y lo dirigirán José Domingo Vega y Arturo Gutiérrez, del colegio de árbitros extremeño.