El Grupo Pinta – Torrebalonmano cayó derrotado como más duele ante el Pozoblanco. Y es que cuando empiezas mal y recibes un parcial de 10 a 4, lo más normal que te quedes sin opciones de obtener un resultado positivo. Sin embargo, si eres capaz de levantarte y remontar una desventaja de 8 goles, es realmente cruel tener una opción para empatar y no ser capaz de aprovecharla.
A falta de escasos segundos para que acabará el partido, los naranjas desperdiciaron un penalti que valía algo más que un punto. Era el premio a su esfuerzo y a su sacrificio.
Los Juan Escudero mostraron dos caras bien distintas en el pabellón Juan Sepúlveda. Durante el primer acto fueron un equipo desconocido en defensa. Los cántabros comenzaron sin la agresividad que suelen mostrar a la hora de guardar su portería y el Pozoblanco aprovechó la circunstancia para abrir brecha en el marcador. Para colmo de males, Alberto Pérez fue excluido en dos ocasiones de manera prácticamente consecutivas lo que obligó al entrenador a prescindir de uno de sus bastiones defensivos.
Como un tiburón cuando huele sangre, el Pozoblanco no tuvo ninguna compasión. En el minuto 15 de partido, el marcador reflejaba un preocupante 10 a 4. El Grupo Pinta estaba mostrando su peor versión en el momento más inoportuno. No funcionaba ni la defensa ni la portería y los locales, con la ideas mucho más claras y un Nacho Vico inspiradísimo, estaban comodísimos sobre la cancha. La renta de 6 se mantuvo hasta el descanso.
Tras el paso por vestuarios, el inicio del segundo acto auguraba un partido ya decidido. Dos goles consecutivos de Pozoblanco ponían el marcador 18 a 10. En ese instante, el chip naranja cambió. La defensa apretó los dientes y permitió lanzar algunos contra ataques. La selección ofensiva ganó en criterio y en fluidez y los cántabros comenzaron a crecer. El rumbo del partido era otro y las manos que manejaban el timón también. La diferencia de los locales decrecía a un ritmo inversamente proporcional a la fe torrelaveguense. Tanto creían los visitantes en sus posibilidades que llegaron a empatar a 25 con cinco minutos por jugarse. El parcial fue de 7 a 15.
En los instantes decisivos del choque, había un equipo que deambulaba por la cancha y otro con hambre de victoria. Mientras los pupilos de Magi Serra pedían la hora, los de Escudero se comían cada segundo con voracidad. Físicamente estaban mejor y mentalmente también. Tanto era el ansia por ganar que apareció cierta precipitación que abocó el partido a un final de infarto. Con empate a 26, Nilo Fandiño transformó un penalti que aseguraba un punto para los de casa. Solo había tiempo para un ataque y el Grupo Pinta lo ejecutó a la perfección. Tanto que la defensa andaluza se vio obligada a forzar otra pena máxima y confiar en su portero. Quedaban 6 segundos y en las manos de Joaquín Marcos quedó la opción de conseguir un premio al gran trabajo realizado durante toda la segunda parte.
Su lanzamiento se estrelló en el poste y en la lucha por el rebote concluyo el partido sin que hubiese otra opción para el conjunto de Torrelavega. 27 a 26 fue el tanteador definitivo de un encuentro en el que Grupo Pinta – Torrebalonmano perdonó en la primera parte y lo terminó pagando.
FICHA
BM Pozoblanco: Alex González, Antonio Carreño; Ignacio Del Castillo, Marc Abalos, Nilo Fandiño (6), Israel Damont, Bernat Tous, Janos Levente (3), Didac Villar (3), Daniel Gañarul (6), Nacho Vico (7), Xiscu Cambra (1), Xavi Gómez, Santi González (1).
Grupo Pinta: Adolfo Gómez, Jorge Pérez; José Miguel González, Álvaro Polo (3), Eugenio González, Jon Alzaga (4), Javi Peña (1), Abel Lamadrid (4), Alberto Pérez (3), Fernando González Gundín, Joaquín Marcos (3), José Antonio Calderón (2), Ángel Fernández (6).
Parciales
4 – 1, 7 – 4, 10 – 4, 11 – 6, 14 – 8, 16 – 10 descanso
18 – 11, 20 – 16, 22 – 18, 23 – 21, 25 – 25, 27 – 26 final
Pabellón Juan Sepúlveda. 150 espectadores.
Árbitros: Juan Manuel Vinagre y Marcos Pérez (Comité extremeño y gallego respectivamente)